martes, 1 de enero de 2019

Fue ayer. Eran las 21:00 de ayer y salí de la panadería con mi barra aún calentita y giré la esquina camino a casa. Venía de pasar una tarde de rencuentro con mis amigas. Y al volver. Empezaba a llover, flojito, yo caminaba deprisa escuchando la banda sonora de Begin Again (maybe you don't have to smile so sad, laugh when you're feeling bad, I promise I won't), olía a pan recién hecho y pasé por el lado de la frutería y la floristería. Y es que vivo en unas calles muy bonitas en las que por las mañanas la gente se saluda. Tenemos panadería, mercado del año 1929, una floristería, una zapatería, una tienda de pasta fresca y muchas cafeterías (unas con más encanto que otras). 


Las pequeñas cosas.

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