viernes, 15 de septiembre de 2017

Las hijas de Atenea



"The sea was sapphire coloured, and the skyBurned like a heated opal through the air;We hoisted sail; the wind was blowing fair For the blue lands that to the eastward lie."  -Oscar Wilde 




Era verano, más verano que ahora. Hacía calor, mucho calor, y estábamos en Grecia.
Visitamos Atenas y me entristeció verla así de despeinada. El origen de lo que somos, una madre; abandonada y maltratada, como si no le debiéramos nada. Deberíamos admirarla eternamente, llenarla de flores y hacerle trenzas para que se ponga guapa.
De Atenas volamos a Mykonos para llenarnos de la vida que le faltaba a Atenas. Pudimos respirar, coger mucho aire, bebérnoslo. Bailamos. Tomamos el sol y nos quemamos.
Quemados, navegamos hacia Paros. Paros, Paros. Sin conocerte llegamos, con insolación y ganas de dormir, pero fue imposible. Toda tú eras magia. Bonita y exótica. La bella Naoussa nos hechizó y nos meció con sus lunas.
El sol lo vimos en Santorini. Lo vimos marchar cada noche. Desde Thira a Oia. Nos bañamos en sus aguas rojas y sentimos Caldera bajo los pies. Su poder adormecido. Un dragón que no sabes cuándo va a despertar. Una diosa enfadada.

Grecia lo es todo.
Somos nosotros.












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